Mochilas portabebé montaña vs mochilas portabebés ergonómicas

Con la llegada del buen tiempo muchos somos los que buscamos en la naturaleza un lugar dónde relajarnos y pasar el día. Con la llegada de nuestros pequeños a veces esos planes se complican y a veces hay que renunciar a ellos o posponerlos.

·Afortunadamente existen accesorios que hacen que ésta forma de ocio y nuestro papel como padres no sea incompatibles, en éste caso hablamos de las mochilas portabebés.

En el mercado actual existen infinidad de marcas de mochilas para llevar a nuestros hijos de la mejor forma posible, todas ellas aseguran una posición confortable pero pocas son las que a la larga no nos dan dolores de espalda.

Para salir al campo se puede salir con cualquier mochila y de cualquier tipo, no hace falta que sea una específica para ello (mochilas de montaña) y todas tienen sus inconvenientes y beneficios, por eso antes de comprar una mochila debemos pensar seriamente lo que queremos y para que la queremos.

Habéis pensado alguna vez en probar una mochila ergonómica? A continuación pasaremos a analizar los puntos fuertes y débiles (según nuestra opinión) de ambos tipos de mochila. Queremos dejar claro que todas han pasado sus correspondientes tests y controles, las que se venden en tiendas, con lo que ninguna de las que se venden pretenden engañar a nadie ni nada por el estilo. Simplemente tienen una filosofía diferente.

Mochilas de montaña:

Seguramente todos conocemos por haberlas visto éste tipo de mochilas. Se caracterizan por ser muy voluminosas al incorporar partes metálicas, lona, parte para equipaje y un parasol.

Éstas mochilas pretenden servirnos para transportar a nuestros hijos mientras disfrutamos de la naturaleza a la vez que nos sirve de método de almacenamiento.

Ergonómicamente éstas mochilas no son lo más recomendable.

Hay que tener en cuenta que el ser humano tiene un punto de gravedad que está centralizado en la zona del abdomen (más o menos a la altura del ombligo), ésto hace que no nos caigamos, es decir nos mantiene estables. Cuando caminamos, nos agachamos o cojemos algo simplemente lo que hacemos es ir modificando éste punto pero cuanto más lo modificamos más esfuerzo tendremos que hacer para mantenernos estables.

Parémonos a reflexionar lo que pasa cuando cogemos un peso de digamos un kilo. Si lo mantenemos lejos del cuerpo con los brazos estirados al cabo de poco tiempo empezaremos a notar cansancio, diferente es si lo cogemos con ambas manos y lo llevamos pegado al cuerpo entonces aguantaremos mucho más. Lo mismo pasa con las mochilas, si a la mochila de montaña le cargamos el niño nuestro centro de gravedad se verá desplazado hacia atrás, además hay que tener en cuenta que en éstas mochilas el niño no va “pegado” a nuestra espalda ya que tienen una cierta libertad de movimiento y que suelen tener un peso de base respetable debido a la estructura de aluminio o de metal, esto va en detrimiento nuestro ya que tiende a desplazar continuamente el punto de gravedad, si encima le añadimos el peso del equipaje que va en la parte más separada de nuestro cuerpo dolor de espalda asegurado.

Éstas mochilas suelen tener compartimento para llevar cambiadores o algo de equipaje cosa que es positiva desde el punto de vista práctico, no en cuanto a confort por lo ya comentado antes.

Además la posición del niño tampoco es la correcta ya que éste debería ir (en el caso de ir en la espalda) como cuando va a caballito, es decir con las piernas en M “abrazando” nuestro cuerpo, eso aparte de darle comodidad al niño hace que lo tengamos próximos a nosotros y nuestro punto de gravedad dándonos estabilidad y confort a la vez.

Éstas mochilas suelen disponer de un parasol para que al niño no le de y no se queme, ésto tiene sus cosas buenas y malas (como todo en éste mundo). Protege al niño del sol para evitar quemaduras (igualmente hay que poner crema protectora de factor alto y llevar gorra o similar) pero a la vez es un elemento que nos puede desequilibrar debido al viento o a que nos encontremos por caminos con ramas bajas o similares. La respuesta podría ser que podemos quitarla pero luego hay que transportarla a no ser que la hayamos quitado antes de salir cosa que haría que perdiera toda su funcionalidad.

El niño está en la espalda y mirando hacia el sentido de la marcha.

En caso de que nos guste llevar a nuestro hijo en la mochila si decidimos ir a pasear por nuestra ciudad normalmente ésta mochila es la última opción que se elige por su aparatosidad (ese es otro inconveniente a la hora de cargarla en el coche).

Mochilas ergonómicas:

En el mercado actual existen varias mochilas ergonómicas que se caracterizan por llevar al bebé en una correcta posición para él y para el que lo lleva.

De esa posición hemos hablado antes cuando hablábamos de que el niño tenía que ir con las piernas en M abrazando al que lo lleva con ellas y con el culito más bajo que las rodillas (cosa muy positiva para sus caderas sobretodo cuando son más pequeños), la posición que adquiere la espalda del niño también es la correcta teniendo la corbatura adecuada para su confort. Entre ellas encontramos marcas como Manduca, Marsupi, Boba, Ergo,… Se caracterizan por poderse llevar con el niño delante y detrás, no se puede llevar el niño mirando de cara al mundo ya que es una posición totalmente antiergonómica ya que el niño va con la parte inferior de la mochila presionando sobre su ingle (no decimos que le duela o se queje pero si que va presionando) y al llevar la carga hacia delante nos desplaza el punto de gravedad obligando a nuestra espalda a hacer un sobreesfuerzo para compensar el desvío del mismo así que probablemente acabemos con dolor de espalda.

Para el portador también es muy comoda debido a que el peso se distribuye muy bien entre los hombros y las caderas mediante arneses anchos y acolchados para evitar rozaduras.

Son muy prácticas y fáciles de poner y quitar. Aparte son muy ligeras y ocupan poco sitio, son ideales tanto para pasear por el campo como por la ciudad.

Estan equipadas con una capucha para proteger del sol al bebé o para aguantarle la cabeza si se duerme, de todas formas sigue siendo recomendable poner crema protectora y llevar gorro y gafas de sol.

Un argumento nada desdeñable a favor de éstas es que son más baratas que la mayoría de las de montaña.

Contras que le podríamos encontrar respecto a las mochilas de montaña, no disponen de espacio de almacenaje pero se puede sustituir eso con accesorios tipo mochila, bandolera de cadera, etc.

Por todo lo expuesto nosotros creemos que las mochilas ergonómicas son, en nuestra opinión, la mejor opción tanto para los bebés como para nosotros mismos.

Esperamos que os haya gustado.
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